30 jun 2013

Cartas y poemas inéditos de Juan Noel Mazzadi

"PRESENCIA DE MI CORAZÓN", así se titula el último libro editado por Rodolfo A Álvarez, a través de "ediciones del colectivo volador", que reúne 15 poemas, 14 de ellos inéditos, un texto publicado en la legendaria revista "Maldoror" y cuatro cartas personales al propio Rodolfo. De este modo, Álvarez vuelve a recuperar y a poner a disposición de los lectores una ínfima parte de la vasta obra inédita de este particular y casi desconocido autor. Hay que tener en cuenta que, además, aquello que publicó Mazzadi en vida, lo hizo, deliberadamente, en tiradas ínfimas, solo para la distribución entre sus amigos.
Transcribo dos de las cartas y dos poemas.


Buenos Aires, 26 de setiembre  de 1984
Rolfi:

         Recibí tu carta del 21 de setiembre. Me sumió en LA CULPA, hasta el cogote. Es cierto que mi última recorrida juninense fue desordenada, porque además de mis ambuleos habituales debí arreglar algunos asuntos de dinero (puaf) y familiares (dos veces puaf) lo que me exigió una especie de astucia de lo más vituperable. Nunca comprendí cómo ciertos tipos y tipas conviven en maridaje feliz con esa clase de astucia!
Se pide no interpretar como excusa. Simplemente, nuestro encuentro queda para otra oportunidad. Y entre otras aventuras= ¿es cierto que mi fantasma pasó ante tu vista, en la plazoleta?. Eso me complace sobremanera.
¿Y lo otro?.. ¿Tu oficialización como poeta representante de la Provincia de los Malos Aires?.. Vacilo entre alegrarme o llorar melosas lágrimas (pero esto, por inveterado sentimiento de rechazo a la oficialización y a las llamadas “carreras”). Pero creo que en esta ocasión me alegraré, ayudado por el vino del optimismo y la confianza que tengo en ciertas almas incomprensibles.
En cuanto a “El Deber Social del Arte” (debe Deber deber), mi consejo es que no des cinco de pelota en tu propio terreno. Cuando yo cedí en mi propio terreno (tendría tus años) por puro impulso moral y necesidad de justicia, forcé la escritura y produje babosos y abominables engendros. Porque para ese deber Deber deber se necesita una sensibilidad más adocenada, un apego (o sujeción) a la realidad que sólo entrega respuestas mecánicas. La nuestra busca regiones suprarreales, y de esos resquicios malditos sea el que sabe qué saldrá.
Como los psicoanalistas, estos fedatarios del Deber Social tratarán de que internalices los por cierto muy dolorosos problemas comunitarios, y que de allí abajo, de tu subconsciente, broten las mágicas palabras para las que has sido destinado, pero apuntando a esa dirección prestablecida. Te lavarán el cerebro, te harán bolsa. Y si con tus otras actitudes demuestras solidaridad social y hasta trabajas “en pro”, de cualquier manera quedarán insatisfechos. Porque quieren tu escritura. Chicos buenos y solidarios abundan. Los poetas escasean.
Entre otras cuestiones, el poema no me parece muy bueno. Pero bien valga para la clarificación del problema. Y por lo que aprecio, ya le has dado respuesta.
Te ha tocado ahora a vos una coyuntura donde los poetas se dividen (es pendular el fenómeno): salen de sus cuevas los realistas rimadores, con sus lágrimas al pie del lagrimal, trovadores de multitudes, y vociferan y fustigan con los rayos de Zeus sobre las cabezas de los perdularios; vuelven a sus cuevitas los pensativos, un poco aturdidos por el ruido ambiente, y tratan de recuperar aunque sea sólo un hilo de locura para acceder a los territorios que les están destinados.
Más o menos es eso, y sería pernicioso abundar en imágenes.
Esto trabajando poco. Es decir no a mi ritmo. Y en prosa. En cuanto a poesía, que en paz descanse a la espera de sueños tumultuosos. En agosto concluí la última entrega de 8 poemas para los dos libros en preparación (“Poesía 1984” y “Cartas y Comunicaciones 1984”). No les asigno gran valor, porque ando atrás de un salto cualitativo que está lejos de producirse. Jugarretas que gasta la poesía a los abusadores y toqueteadores…
Y basta por hoy. Te iba a escribir mucho antes, porque se me ocurrió una idea para la ciudad que sobrevuela Ícaro en el mural que pintaste en la placita. Algún día te contaré.


Nota: En 1984 la Secretaría de Cultura me eligió para representar a la Provincia en el Festival de Literatura de Rosario, a eso se refiere Juan y, en realidad yo acepté, porque el funcionario provincial era el gran poeta Rodolfo Alonso. En cuanto a lo que dice del deber social del arte se debe a que en mi cartita le adjuntaba un poemita que intentaba tratar ese tema. El poema se perdió hace mucho, pero las palabras de Juan sobre el tema tienen hoy actualidad. R.A.Álvarez


Buenos Aires, 30 de junio de 1987
Querido Rolfi:

Los términos de tu carta del 23/5 son muy placenteros para mi ego, pero hay algo que equivocás. Desde que estuve la última vez en tu casa (o desde antes, desde que nos encontramos por la mañana en la veterinaria de Ernesto) y vi tu mirada sin dobleces, se disipó por completo el pequeño resquemor que puedo haber sentido por tu poema del “Almuerzo”.
Cuando nos volvemos viejos (cumplo 55 en julio) nos ponemos alérgicos, llenos de plagas o ladillas por más que nos bañemos, y nos rascamos como los ermitaños en sus cuevas. Algo tan simple como el canto de un pájaro que interrumpe la siesta, causa la clase de miedo de los rechazados. Los miedos dominan a los viejos. Una venita que late, una vacilación en la pierna izquierda o mucha o poca orina en la meadita de la mañana, una mirada de soslayo de una jovencita que en el fondo se ríe de y por la vida, no de uno, y etc. En fin, estas cosas irritan a los viejos que alguna vez han cultivado mal carácter,  los vicios, o las extrañas costumbres de continencia que jamás he entendido y espero con suerte no entender.
Con esta filosofía de medio pelo quiero significarte que debés interpretar mi mal humor como producto destilado de mi senilidad. Y que, vuelvo a repetirlo, eso quedó superado con nuestro encuentro. Además, reflexioné, cuando se admira el talento de los más jóvenes, no vamos a pelearnos por cosas que “nos parecen”.
Rolfi es Rolfi y el Juan es el Juan. Duro el camino, pero la misma ruta. No creas que ha quedado interrumpida nuestra comunicación, aunque haya lapsos de silencio. Una vez establecida, jamás se corta.
Estoy trabajando en prosa “Los Fantasmas Chinos” y el Dencamecón V. De paso, te digo que en los “Fantasmas” existe un anteúltimo número que me complace y se llama “Robos”, y un último que es quizá mejor, patéticamente llamado “Maternidad”, como lo aconseja el buen Campazo.
El dencamecón ya sabemos qué es, vos lo has leído bastante. Un divertimento que a veces cava profundo, pero ése no es el propósito. Voy por el número 45 recién horneado. Moriré sin llegar a los cien.
Poesía, nada. Salvo una que dediqué a Ernesto Cirillo e incluyo en esta carta para que se la hagas llegar.
De cualquier manera, he escrito bastante poesía en los últimos años. Pero esa poesía, como tal, no vale la pena. Tengo tendencias líricas y expansivas, y eso –según opinaba Dylan Thomas, que experimentaba su propia declinación–  no llega a los cuarenta años de edad. Después puede muñequearse, crear impresión y efectos, o cambiar de estilo y volverse meditativo como Borges (que nunca, por otra parte, fue lírico porque carecía de cojones). O escribir otros géneros.
Pero te digo, Rolfi, que la poesía es la base de todos los géneros. Imposible escribir ni la lista para el carnicero sin una sólida base poética. Saldrás un francés putón como Stendhal o Sastre, o un boludo como Manucho Mujica Láinez o una concha fría como Silvina Bullrich o la finada Marta Lynch, o la totalidad de ejemplos que se te puedan ocurrir, que hay a montones, desde Henry Miller al turco Asís.
Poesía, el germen, la base, el espermatozoide y el óvulo. Con esa fecundación, lo demás viene rápido.
Te decía que ya no escribo poesía mostrables ni publicables. Pero que, por malas que resulten, continúan siendo base y sustento de mis otras obras que, según mi costumbre, cuando estoy en vena escribo de a dos o incluso de a tres. Los que ahora ocurre. Pero, como dice el tango: “el piolín se corta”. NO hay diagnóstico, pero sí premoniciones fanáticas. O a lo mejor me ocurre como a mi vieja, que se moría con urgencia antes de los cuarenta y ahora que cumple 84 sigue rompiendo las bolas.
Pero en mi caso los circuitos están desarticulados y me he tomado el trabajo de formar una preciosa cadena de malarias pálidas en mi cuerpo. Como reformarme es imposible, adoptar un régimen severo es inimaginable y los trasplantes de órganos no me resultan seductores ni están a mi alcance económico, prefiero aprovechar el resto escribiendo cuánto pueda y tocando el pianito desafinado.
Trataré de publicar “Los Mágicos” en multicopia y por el mismo sistema de suscripción limitada que “Colección”, igual en tamaño y encuadernación. Salido está en posesión del original y calculó los costos en 2.600 australes los 100 ejemplares, lo que eleva el precio del libro a 26 australes. Y luego colocarlo. Un poco en Buenos Aires, y otro poco en Junín.
¿Quién sabe qué pasará con la IV Fortaleza y la V, y con dichoso Dencamecón, y con un anterior libro de cuentos?
Pero un escritor tiene necesidad de sacarse las obras terminadas de encima. Como una defecación urgente. Por no haberlo hecho en su momento (con las novelas “El republicón” y “La Estatua Ecuestre”, las obras de teatro, una escrita para radiofonía y otras) padezco un serio estreñimiento grave e incurable…
Trataré de hacer lo posible ahora que “el piolín se corta”.
Eso es todo por ahora. Mas adelante nos frecuentaremos y espero que a menudo, ya que tu presencia; de Marga y de tu hija, para quienes envío efusivos cariños, me es muy vivificante.
Escribamos, que esa es nuestra herramienta.

Nota:  El libro “Los Mágicos” se publicó finalmente ese año. Todos los otros libros que Juan menciona no fueron publicados nunca. R.A. Álvarez



POEMA URBANO

Nos encuentran aún bebiendo
en el bar,
al costado de un tallo de cemento
los amigos y los vagabundos.

Para saludarnos
levantarán un pulso de hueso
un párpado de pus, un entendimiento,
avergonzado y nocturno.

Hemos sobrevivido, pequeño Acuña,
a la pesadez perlina de otra noche.

Los amigos
nos encuentran aún bebiendo.

De nuevo la flor del hierro rojo
amanece y respira,
de nuevo se ha estacionado el rocío
o una vieja lluvia
en sus pétalos centrifugados de dura
y tersa piel, oh rosa mecanizada,
carnadura de gas oíl
perfume húmedo y púrpura
tan estéril es ya
tu movimiento cotidiano.

Nos encuentran nuestros amigos
aún bebiendo, y todos sabemos
que a la altura de las golondrinas
los especuladores duermen
un sueño agudo de avispas.
Ellos podrían asomarse al cielo,
al cielo sostenido por un sólo pájaro,
asomarse a una como neblina azulíquida
sobre la ciudad
apiadarse, humillarse, creer en el ojo puro y claudicante
de la estrella ambarina.

Los amigos, los vagabundos, por último
nos encuentran, Acuña,
aún bebiendo,
empecinados en el cartel de neón
que es la estrella de los suicidios,
iluminadora de espectros, de borrachos,
de un fláccido tranvía que se arrastra,
de nuestras perdidas cabezas hartas de soñar,
moribundo Acuña,
ahogado en el sucio vaso.

(1960) J. N. Mazzadi


HORACIO DE LA CÁMARA, MUERTO

Qué dirías, viejo y querido amigo,
de mis poemas?.. No nos hemos sucedido
como dicen que se suceden los poetas.
Si vivieras y yo con  mi exhausta voz
te leyera estas cosas duras y suicidas
olvidadas del ritmo, ajenas al perfume,
donde la mujer es un desesperado ser
y el canto se extravía
en una informe arboleda de sombras:
qué dirías, Horacio, de mí, de tu joven
amigo... Derramarías
tu sabia y amada mirada
comprendedora del mundo, aceptarías
el asco así como lo digo,
o mis flores descendidas, este incendio
agotado?.. Tantos años
hemos estado lejos
y tantos eternos años hemos nacido lejos
y tan lejos estás ahora... Qué dirías
de mí, de mi figura y mi ortografía
y mi predisposición al alcohol
y a tu misma desdicha
y al odio indeterminado?..
Lejos y hundido
veo tu consumido rostro invencible
y tus palabras muertas.

(1963) J. N. Mazzadi

Más datos sobre Juan Noel Mazzadi: http://jorgedipre.blogspot.com.ar/search/label/Juan%20Noel%20Mazzadi

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