18 dic 2011

Kawabata, Yakoncick: la vejez y la tristeza

Kawabata, en su libro “La casa de las bellas durmientes” me acerca a Saramago, salvando todas las diferencias estilísticas. Esa capacidad de, a partir de un hecho caprichoso, poner de relieve crítico los valores y las miserias de la sociedad a la que pertenecemos: una ceguera súbita y general; o una casa donde facilitan jóvenes narcotizadas para que viejos decrépitos pasen la noche en su compañía. Precisamente, en este último caso, la muerte y la vida, polarizadas por esta situación. Esas jóvenes, que se inician en la vida con el extraño oficio de dormir sin despertarse al lado del un viejo del que nunca sabrán nada, y ellos, ya tirados desde la muerte, con una tristeza perversa. Aunque Yasunari Kawabata no es un ingenuo, y su relato, simple, goza de una complejidad como pocos escritores pueden lograr, e incluso dar vuelta estas dicotomías: Juventud – Vida / Vejez – Muerte, rompiendo y volviéndolas a armar en otro orden. De cualquier modo, lo que hace eje en toda la novela es la Tristeza, la tristeza de los viejos ante la Belleza. Y no pude dejar de evocar un poema de Yakoncick, un poema de esos que habíamos denominado “Bodrios” y darme cuenta, después de muchos años, que es el poema más triste que leí.

SACAN A LOS VIEJOS

sacan a los viejos con las patas adelante
a los viejos decrépitos con sus cabezas calvas
a los viejos melenudos y descuidados
un pergamino resignado
entra cual supositorio en la ambulancia
la azulblancaroja luz y la sirena
con indiferente inapetencia por la vida
miran sus ojos muertos
y hasta el silencio narra un silencio muerto
pues junto a los dientes el habla fue también muriendo

el futuro va en camilla
chiribín chiribín chin chin
el futuro va en camilla
se va rumbo al hospital
ja ja ja - ja ja ja
se va rumbo al hospital

con los cuatro enfermeros
chiribín chiribín chin chin
con los cuatro enfermeros
y un médico general
ja ja ja - ja ja ja
y un médico general

Jorge Pablo Yakoncick, de “El Bodrio”, Editorial El Heresiarca & Cía., Rosario, 1990

3 comentarios:

Alejandra Vietri dijo...

Es cierto, que triste.

En lo personal, la vejez me resulta aterradora. Siempre pienso: ¿Cómo se tomará mi conciencia todos los beneficios que se lleva poco a poco la vejez?
¿Cómo se siente uno al ser despojado poco a poco de la vista, de un cuerpo sin dolores, de un cabello oscuro al que invaden las canas, de la piel tersa y tensa, de los dientes fuertes y blancos, de ese sentimiento de inmortalidad del joven que cree tener toda la vida por delante.

Jorge, te dejo un saludo, muy interesante tu blog.

Anónimo dijo...

Ceci: yo mismo puedo responder a us interrogantes, pero es peor, cuando internamente te sentís joven e inmortal. Gracias por la lectura.
Saludos- JD

Anónimo dijo...

Hernando Salguero Flórez dice:


SOY VIEJO, ¿Y quién le importa?

…bien, soy viejo, ¿y qué pasa? Nada
…bien, estoy abandonado, solo y melancólico en el pasar de de las horas.
…bien, el desprecio de los otros es la nota común de mi tiempo.
…bien, no busco amor, tampoco dinero, no busco nada
…bien, solo busco el silencio que es donde está la paz.
…bien, pronto cumpliré los 75 años en plena soledad.
…bien, amigos, familia, relativos, todos ellos lejos o muertos.
…bien, No sueño con el amor de una mujer, me es negado.
… bien, tampoco sueño con los placeres sensoriales, el sensorio mio esta cuasi muerto.
…bien, dicen que “mañana será otro día”, para mi a lo mejor no, porque no veré la luz.
…bien, no tengo dinero, a duras penas una comida al día, ¿y que importa?
…bien, joven que me lees, prepárate con tiempo para afrontar el desprecio de tus semejantes, por ser viejo.
...bien, no puedo comer un día, decreto un ayuno.
...bien, es cierto, necesito dinero, pero con una sopa al día hay, cuesta muy poco.
...bien,¿A quien pedirle ayuda? Nadie ,lo haría, los viejos no merecen ser ayudados.
bien… estoy enfermo, temo ir al hospital porque allí me matan los médicos, valgo tan poco que es mejor que muera, dirán éstos.
…bien, la vida -lo que quede-, debe seguir en medio de la peor enfermedad: “El hastio de vivir”
…bien, no oigo unos buenos días, unas buenas noches, un cómo amaneció, solo oigo el viento y el cantar de las aves.
...bien, todo esto, y mucho mas, lo pienso en la noche porque no sé si llegará un nuevo día.
bien…quien quiera que lea este quejido cruento regálele al menos una sonrisa a un viejo abandonado como yo.
bien..., como dijera Schopenhauer, “nadie pierde nada con la muerte”, yo si que menos
HERNANDO SALGUERO FLOREZ PERIODISTA COLOMBIANO (hernandosalguero@hotmail.com)