SOMBRAS CHINAS
Quisiera ser
luz elemental / que palpita
para amar las figuras que crea
o múltiplo del segundo
en que una cosa no es la otra
antes de que
finalmente
la mirada
la mate en la forma arbitraria
del código.
SOLO DE SOMBRAS
Todavía
el sueño lácteo
no retuerce la vigilia.
Abrir los ojos
los míos, los tuyos
en la madrugada
y volver a desmembrarnos
sin preguntar.
Un diálogo
solo de sombras, jugos y gemidos.
INSTANTE
En el ahogado despliegue del día
cuando ya los muertos han muerto
en la volatilidad de un sueño
donde por un inconmensurable lapso
describieron el agónico placer de ser y no,
miro a la distancia
tratando de que la vista sea otra en su amplitud,
o el giro de la brisa
me vuelva hacia atrás
me transforme
me dé las alas que la noche colgó
y me levante por sobre el cansancio
de años y estupidez.
En ese instante que no es la pérdida
pero la vida pasa en un segundo
y se va por la alcantarilla
con sordo ruido
los soles ciegan
la calle ensordece
la ciudad abisma.
Cuando la nada es el horizonte
de esa mirada casi desesperada
vuelvo la cabeza
y me encamino hacia otro lado.
LA CONFUSIÓN ES CLARÍSIMA
La miseria alegra la contemplación
El escudo agrieta el ser
La devolución afirma el alma
Las bestias sugieren un paraíso
El espanto arma envoltorios de regalo
La ciudad es de piedra
La claridad del día enaltece las estrellas
El camino sinuoso empieza en la mujer
Los desperdicios de la euforia corrompen el músculo
El espacio es deshabitado por el tiempo
La incertidumbre fija el precio más alto
Los esfuerzos se licuan en una presencia
La mirada no puede faltar
El rebote del odio salpica las ventanas
En el techo no hay nada
Y tal vez todos hayamos sido músicos
Las cosas tienen saco
La red es imprecisa como la vida
No hay mascotas de dioses
No hay tronos que ensangrentar
Los labios se editan
Y todo sigue con mínimas diferencias.
EL GESTO
Con estas manos
que horadaron tu vestido
y trazaron un estuario
en tu piel.
Con los dedos que supieron
escribir pero también humedecer
los labios para que el aire caliente y estremecido
alimentara una nube ínfima
y la piel se esparciera
sobre el ansia
o el sabor de la menta
de la mañana
de la noche
de las sobras
que dejabas
como un rastro precario
mientras
de a poco
me despedazabas
y el alma de los trenes
ascendía en humo
al cielo de los esfuerzos.
Con el estupor
cuando
te diste vuelta
y estas manos
en vano
el gesto de mariposa
muerta en el charco
dibujaron
aquel verano demasiado caluroso.
ESTA RUTINA
No tengo más
que una boca que rememora
que se ahoga en la baba del recuerdo
que boquea lasa en la nada
porque otra boca se ha llevado
esta saliva
esta sal que da vueltas
y espumea en el vacío.
No tengo más
que la ansiedad
que agrieta las puertas
demuele los ascensores
quiebra el olvido
No tengo más
que el acento sobre la á
y apenas
una entrepierna herida
de soledad
de zeppeliniana soledad
maldita
como la cocina de la locura
como un blues perdido
en el desierto de la esquina
untado de orines y escupitajos
de almendras que nadie
recolectará
No tengo más
que la rutina de sentirte
perdida eternamente en la piel
lo que no es poco.
DESTINO DE AMOR
Mi destino es volverme hacia el espejo
buscar no mi reflejo
sino el hueco
de tu cuerpo en la cama revuelta
la ropa en el piso
la puerta de calle entreabierta
papeles que se mueven apenas
cenizas
fragmentos de la simulación
Mi destino es volverme hacia el espejo
único lugar donde el deseo
al menos tiene el lugar de la ausencia.
APARICIONES
“La niebla venía a buscarnos,
aunque estaba desde siempre”
Rogelio Ramos Signes
Estábamos sentados a la mesa de aquel bar
doblados en miradas y guiños de atardecer
y desde el fondo del espejo
un omitido apareció.
En la memoria, un segundo
bastó para que el rumbo de las ausencias
divagara.
Nos preguntamos por la punta del iceberg
nos preguntamos por nuestra sólida presencia
hasta que la pregunta nos desvaneció.
Somos espectros, ilusiones
que tienen conciencia de sí, engañosa.
Necesitamos que alguien no esté, para ser.
Es terrible, pero quizá
aquellas sombras, siluetas, nombres que insisten
en ser lo que no son
pertenezcan a una vida más real
en otro lugar, otro espacio
gente, al fin, que relata historias de muerte
historias de haber sido, sobre padres madres o amantes
que gritan nombres contra las paredes
y que cada tanto
invaden este mundo inconsistente
como un efecto de realidad.
La tiza con la que escribo mi nombre
la traza de la desintegración que me hermana
que nos vuelve relato
cristal oscuro de ideas como armas
tiembla en cada evocación
y mientras un niño se esfuma
nos sentimos horriblemente vivos.
Hojas secas que se queman
para que el humo justifique alguna realidad aparente.
Este dolor que no tiene el consuelo de la certeza
retorna como una elipse que niega la continuidad.
Quizá de tantos ausentes
seamos nosotros fantasmas
como esa niebla que viene a buscarnos
aunque siempre haya estado aquí
en la mesa
donde la ventana de un diario
habla de aquellos de los que no sabemos
pero quisiéramos tenerlos
sentados junto a nosotros
jugando con las migas
sobre el mantel.
La tarde cae, definitivamente.
(setiembre 2009, a propósito de tantos López)
Jorge Alberdi, escritor itinerante nacido en Rosario en 1962, casi toda su obra se encuentra publicada en el Blog El Ventrílocuo > http://ventrlocuo.blogspot
http://jorgedipre.blogspot.com/2010/08/jorge-alberdi-sombras-chinas-y-otros.html
1 comentario:
Alberdi... éstas sí que son bases!
JPY
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