de su último libro publicado, dos textos:
En casa
Su abuela iba en tren y soñó la llanura, el manto verde y el humo de las fábricas (molinos de viento, tanques australianos, de vez en cuando una esperanza). Su padre también era amargo, pasó la guerra, salió del sótano después del bombardeo con el pelo de repente blanco. En medio está ella escuchando la historia, el fustín de la noche, los gritos y una mujer cantándole a un niño. Vestido de negro va el tren y bajo los pies crujen huesos, graznan gañotes de muertos. Juran todos con bulbos de orquídea en las manos, raíces tuberosas de los muchachos. No es ajena la guerra: su amado se queda en las tardes mirando el horizonte, amargo. Recuerda los años de encierro, el muchacho que allá adentro lo salvó de la muerte sosteniendo su mano. Gente que migra y campos de batalla. Testigo de todo, criadilla, escroto, ella se ha quedado en casa, mirando pasar el río de la patria, la tierra del terror a sus espaldas.
Las verdades no son sino antiguas metáforas.
Los hermanos García / 1978 – 1983
A Juan, Antonio y Mary
Por la ventana que da a la Escuela Alberdi, veo pasar hacia la noche a chicas como yo y a los muchachos. Los escucho reír en la vereda, bajo esta ventana pequeña. Es noche de sábado y los hermanos cocinan puchero de falda y de quijada. Sé que otros se han escondido en el Tigre, en la Patagonia o en Longchamps. Algunos mandan señas, flores sobre la falda, desde Oslo, Gotinga o Amsterdam. Yo vivo tras este ojo de buey, con la quijada contra el marco, mirando a las chicas y muchachos que cruzan la avenida. Es también sábado en la pieza del hotel, sobre los techos de esta casa de citas, junto a la comisaría, donde alquilan los camioneros sus siestas de amor con los colimbas o las mujeres de la Humberto Primo. Aquí, tras el vidrio de esta raja de luz, bajo el ala de unos gallegos venidos de Inriville, espero que pasen los meses o los anos. García quiere decir Smith y el más común de los mortales se llama Juan. Sube cada mañana la precaria escalera con su manojo de llaves y comida y como una lonja
de sol me abre paso entre putas, milicos y viajantes.
María Teresa Andruetto, de “Sueño americano”, 2009, caballo negro editora
http://www.teresaandruetto.com.ar/
http://narradorasargentinas.blogspot.com/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario