Las siluetas, difusas
Calle de polvo
Sombras luminosas
Que oscilan, escapan
A la mirada turbia
Los hoyos
Las cuencas
Baldosas sueltas
Pedazos
Rompecabezas de pasiones
Aquí todo es nuevo y viejo
Fulgura
Debajo de la pátina
Como un niño avejentado
Nada de lo que empieza
Está condenado a terminar
Senda de interrupciones
Los changos
Apenas se mueven al mediodía
La maestra cruza la luz
Y un estruendo
De verdes claridades la ciega
Pero su olfato
La libra de todo mal
El perfume de las flores
Adormece
Con agradable sopor
No sé si encender un cigarro
Todo podría estallar
1 comentario:
La siesta adherida en mi memoria a las figuritas de lata hurtando al baldío los no se que.
Un placer
Daniel O. Requelme
www.danielrequelme.com.ar
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