Despojado de esas sombras
en las que me intuyo
cruzando como hombre de cenizas
libre de esa heredad de años
para
perpetrar un sueño
que olvido cada mañana
¡Qué digo cada mañana!
Cada vez que ultimo el cigarro
o desbrozo
como un clarividente
el oscuro merlot
o venzo la pereza
con un viejo conjuro
infantil
para tomar definitivamente
por unos minutos
las riendas blandas
de una traza azul en potencia
que me cierra el camino
a esas sombras
pero me lo abre a otras.
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